MADRID, 17 (SERVIMEDIA)
El I Foro de Córdoba ‘Del Diálogo islamo-cristiano a la familia abrahámica’ culminó este martes con la presentación de un manifiesto en el que se aboga por la «vida, la paz, la justicia y la fraternidad».
«Apelamos así a la conciencia de una ética general, que propicie el diálogo entre personas, pueblos, creencias y culturas», consensuaron los participantes en este encuentro organizado en la ciudad andaluza por la Fundación Ficrt en Casa Árabe, con la colaboración de Instituto Universitario de Ciencias de las Religiones de la Universidad Complutense y la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba.
El llamado manifiesto de Córdoba llama a la responsabilidad personal y colectiva a favor de la vida, la paz y la justicia desde un renovado compromiso con la dignidad de toda persona humana y desde el cumplimiento efectivo de los Derechos Humanos, lo que implica resolver los conflictos mediante un nuevo orden internacional con leyes justas, que sean acatadas por todas las naciones, según recoge uno de sus puntos. También refleja la coincidencia de las religiones en cuanto al compromiso en pro de la fraternidad, por lo que abogan para que manden un mensaje a sus fieles de paz y justicia social.
En este encuentro, en el que participaron representantes de distintas confesiones, se ha defendido el diálogo interreligioso, el pluralismo, la necesidad de respetar al otro y la convivencia entre todos. De hecho, esta declaración, que consta de cinco puntos, apela a una ética general para fomentar del diálogo entre personas, pueblos, creencias y culturas.
Para Jumaa Alkaabi, presidente de la citada fundación, este manifiesto servirá como hoja de ruta para fomentar el diálogo entre las religiones, no solo las pertenecientes a la llamada familia abrahámica, sino entre las diferentes confesiones, ya que el objetivo es promover «la convivencia pacífica, la fraternidad y el respeto del otro».
Alkaabi, que se mostró muy satisfecho con este encuentro que retoma los celebrados en los años 70 en la capital cordobesa, afirmó que la Fundación que preside trabajará en esta línea y que seguirán organizando este tipo de foros en el que se expresen las distintas experiencias y se ponga en común todo aquello que une a las religiones.
EXPERTOS
En el I Foro de Córdoba, cuyo coordinador técnico es el profesor Mohammed Dahiri, han participado ponentes de distintos países del mundo, pertenecientes a distintas universidades e instituciones y miembros de distintas religiones, no solo pertenecientes a la llamada familia abrahámica sino a otras confesiones.
De hecho, antes de la presentación del citado documento, se celebró la cuarta y última sesión del foro, en la que Mª Ángeles Gallego, científica titular del Instituto de Lenguas y Culturas del Mediterráneo y Oriente Próximo del CSIC, abordó las interacciones entre judíos y musulmanes en Al-Andalus.
La doctora recordó que, en 2016, un grupo de intelectuales judíos sefardíes publicaron un manifiesto y crearon una organización destinada a promover la igualdad entre los judíos procedentes de Oriente Medio y de Centroeuropa, ya que estos últimos suelen copar los principales puestos en la administración y el Gobierno de Israel.
El objetivo es luchar por una nueva Edad de Oro, un concepto que ya está presente en la historia de la comunidad judía y que tiene un doble significado: la vida judía en Al-Andalus y el periodo de entre los siglos X y XII, de apogeo social y cultural de los judíos en Al-Andalus, especialmente en lo que se refiere a la poesía hebrea.
En segundo lugar, intervino el doctor Ahmad H. Anwar, profesor de la Facultad de Letras de la Universidad de Port Said (Egipto), que advirtió sobre algunos peligros que puede traer consigo la globalización para la Humanidad.
«El hombre puede acabar por convertirse en una máquina de producción y consumo, en robots dirigidos en un mundo dirigido. ¿Dónde están los valores morales, religiosos, éticos, artísticos…? Se crea una cultura universal única, unificada, que se impone y que conduce a la aparición de algo tan peligroso como el despertar del tribalismo, basado en la religión y la etnia. Su intención puede ser buena, pero puede acabar recurriendo a la violencia para imponer sus opiniones», dijo.
También se refirió a algunos hitos de la historia reciente de la fraternidad y el diálogo interreligioso, como la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana, en febrero de 2019 por el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azahar, «que es el motor espiritual de esta Fundación», y la creación de la Casa de la Familia Egipcia, en un entorno social muy complicado como es el que había en el año 2011.
La sesión se cerró con Christian Giordano, doctor en Teología por la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos), en representación de la iglesia evangélica.
«El diálogo interreligioso es complicado, porque previamente hay que definir qué es una religión y qué es una secta, quién representa a quién. Además, no se puede hablar con todo el mundo al mismo tiempo, aunque deberíamos esforzarnos por lograrlo», señaló.
También subrayó la necesidad de no circunscribir este diálogo a la gente de fe, sino también ampliarlo a los colectivos seculares, que conviven en la sociedad con los religiosos.